Tal vez, este sea el objetivo más difícil, arriesgado, sacrificado y a la vez apasionante que vayas a tomar en tu vida.
Alcanzar ese objetivo, te llevará años de tu vida, una dedicación casi exclusiva y muchos quebraderos de cabeza. Y a pesar de todo, nada te asegura el éxito.
Esto va más allá de un deseo de niño: «quiero ser piloto«. Tomar la decisión es un propósito que exige que todos los esfuerzos se unan para lograrlo. Y todo… es todo.
Cientos de horas de estudio después, cuando más tarde acumules unas 200 horas de vuelo, conseguirás obtener la licencia de piloto comercial. Y con algo más de esfuerzo y paciencia, podrás empezar a trabajar de piloto.
Conseguirás finalmente el objetivo por el que has estado peleando durante años. Igual que un atleta que ha luchado por obtener una medalla en un campeonato, o por un récord olímpico, y finalmente lo ha conseguido.
Y después… ¿qué? Qué haces cuando ya trabajas de piloto
Durante un tiempo, sencillamente disfrutarás de haber llegado a la cima de la montaña, de lograr tu objetivo y demostrarle al mundo y a ti mismo que has podido conseguirlo.
Pero la vida necesita de más metas y más objetivos. Para mantenerte «enchufado» y activo, para continuar creciendo y evolucionando.
Si estás en la fase de instrucción probablemente no te hayas planteado esta cuestión. Si ya has terminado, y estás en aerolínea, probablemente sí habrás pensado en todo esto…
Te invito a que reflexiones sobre ello. ¿Qué más objetivos tienes?, ¿quieres aprender otras cosas?, ¿volar otros aviones?, ¿en otras compañías…?