Por mi ventanilla tan sólo veo la luna en todo lo alto y el reflejo de ésta sobre el mar y las nubes…
07-09-01, Espacio aéreo internacional.

Me encuentro sentado en el asiento 5L (el asiento que está justo en el morro del 747). Por mi ventanilla tan sólo veo la luna en todo lo alto y el reflejo de ésta sobre el mar y las nubes.

Una vista un tanto peculiar en blanco y negro, aunque la escasez de colores no quita que sea una vista hermosa.

En mi opinión, nadie debe irse de este mundo sin ver cosa igual. Estamos a FL330 (10.100 metros de altura) a 964 km/h y da la sensación de que el avión está parado, apenas hay ruido y el movimiento del océano bajo el avión es prácticamente inapreciable.

La mayoría de los pasajeros, si no todos, están durmiendo en las cómodas butacas de la clase preferente de Iberia, pero yo prefiero disfrutar de un vaso de agua con vistas al océano atlántico, ligeramente retumbado con una manta sobre mi cuerpo y escuchando una agradable música. ¿Para qué dormir? No merece la pena.

La sensación de paz que siento en este momento es plena, ojalá poder detener el tiempo en este instante. ¿Qué mirador en el mundo ofrece tales vistas? ¿Qué tour turístico te deja contemplar la brillante oscuridad reinante en la noche? Tan solo una cosa lo permite, la aviación.

Viva la aviación.