Tímidamente pregunté a una de las azafatas si exista la posibilidad de que me enseñase el avión. Pasión por volar como TCP. Una usuaria con la licencia en activo, conoce los entresijos del avión en un vuelo a Sevilla. Finalmente logra aterrizar en la cabina de los pilotos.

Supongo que no seré la primera ni la última persona que una vez ha conseguido aprobar la Licencia de Tripulante de Cabina de Pasajeros, ha soñado con ejercer en la profesión.

Aunque actualmente mi vida laboral está estabilizada, lo dejaría todo si una compañía me ofreciese un puesto de trabajo.

Hace dos años que tengo la Licencia de TCP y todavía sigo esperando poder entrar en alguna compañía aérea, pero no me rindo. Aunque sólo me he presentado a tres convocatorias, no he tenido la suerte de ser seleccionada para ninguna de ella.

Desembolsé bastante dinero para el curso de TCP, pero los gastos no acaban aquí. El asistir a las convocatorias me supone siempre un gran gasto, entre el viaje y el hotel. Ya que siempre ha dado la casualidad que he tenido que desplazarme a otras ciudades. Aún así tengo la esperanza que algún día todo esto habrá valido la pena.

Mi sueño se hizo realidad en un vuelo que hice a la ciudad de Sevilla. Tímidamente pregunté a una de las azafatas si existía la posibilidad de que me enseñase el avión… yo encantada le expliqué que recientemente había obtenido la licencia de TCP.

Todo empezó así, ya no volví a mi asiento. Estuve viendo el avión con una azafata y un azafato, por cierto un encanto, incluso me dejaron ayudarles en el servicio de desayunos que ofrecían. Fue genial.

Mi sorpresa fue cuando me dijeron que el Comandante había dado permiso para que me dejaran aterrizar con los pilotos en la cabina, no me lo podía creer.

La azafata me acompañó hasta la puerta y me presentó a los dos pilotos. Una vez estuve allí dentro sentada me emocioné, es increíble como se ve todo desde allí dentro. Tienes que vivirlo para poder contarlo.

Estuve charlando con ellos, mientras nos íbamos aproximando al aeropuerto de la ciudad de Sevilla. El aterrizaje fue impresionante, que maravilla.

No sabía como agradecer a todo el equipo al completo de aquel vuelo lo feliz que me habían hecho. Creo que no quedó nadie a mí alrededor por escuchar mi experiencia

Sólo una vez más conseguí este sueño en otro vuelo de Iberia rumbo a Madrid. Fue también una experiencia inolvidable, pero no como la primera vez.

Este año no tenía pensado no hacer vacaciones, pero me di cuenta que lo necesitaba, al menos una semana sí necesitaba desconectar de mi rutina diaria. Así que a principios del mes de Noviembre volé hacia la República Dominicana.

Un vuelo de aproximadamente ocho horas. Era la primera vez que realizaba un vuelo tan largo, y todo fue genial. Es decir estoy capacitada para realizar vuelos de larga distancia, aunque sé que al principio únicamente se realizan vuelos de corta distancia.

Aprovecho esta ocasión para animaros a todos los que no conocéis la República Dominicana, es un paraíso en el que encontraras desde las maravillosas playas con las palmeras (típicos reportajes de televisión), hasta la gente más humana y acogedora que jamás hayáis conocido.

Después de un breve hincapié sobre la República Dominicana, sigo con el propósito del principio de este escrito, que es únicamente haceros llegar a todos mi inquietud y mis ganas por lograr un sueño.

Conocer gente, países, nuevas culturas, adaptarse a nuevas costumbres a otros idiomas, independizarse, llegar a realizarse profesionalmente, etc. es lo que me mueve a querer formar parte de una compañía aérea.

Será duro ejercer esta profesión, lo sé, porque no creo que todo sea tan bonito como yo lo veo. Pero tienes que vivirlo para poder constatarlo.