Un A340 de Iberia que volaba tras el Air France accidentado sorteó la tormentaEl incidente de un A330 de Qantas en octubre de 2008 y otro incidente en un avión del mismo modelo producido en la zona de Australia Occidental el pasado mes de diciembre podrían ser la clave para aclarar las causas del accidente del A330 de Air France el día 1 de junio, cuando efectuaba la ruta entre Río de Janeiro y París.

Los dos incidentes de 2008 suscitaron cuestiones acerca de un potencial fallo de ADIRUS, que reporta los datos sobre combustible, así como de velocidad, altitud y ángulo de ataque, y que procesa la información antes de enviarla a los ordenadores de vuelo.

Según informaba el diario The Seattle Times ayer, los expertos están todavía examinando estas malfunciones en ADIRUS. No obstante, Qantas ha restado importancia a una posible conexión entre ambos incidentes, mientras que la Agencia Australiana para la Seguridad en el Transporte ha indicado que no tiene intención de incluir el accidente del A330 de Air France en sus investigaciones locales.

Uno de los motivos que aducen las autoridades australianas para descartar la conexión es que los aviones involucrados en los incidentes locales pertenecían al modelo A330-300, mientras que la aeronave de Air France accidentada es un A330-200 y sus ADIRUS están realizados por distintas fábricas de Airbus.

Por su parte, un portavoz de Qantas ha indicado que un fallo en el ADIRU es extremadamente extraño y que “hasta la fecha, el avión involucrado en el incidente ha operado sin incidentes desde que ha vuelto al servicio”.

Un A340 de Iberia sorteó la tormenta

Un A340 operado por Gestair para Iberia que cubría la ruta entre Río de Janeiro y Madrid el pasado lunes 1 de junio despegó del aeropuerto brasileño justo siete minutos después de que lo hiciera el A330 de Air France, según ha explicado la tripulación española al diario ABC.

La aeronave de Iberia se situó a 800 millas por la cola del avión francés, después de que las dos tripulaciones se saludaran en el momento de despachar el vuelo. No obstante, los dos aparatos estuvieron en todo momento fuera de contacto visual.

Ante las previsiones meteorológicas, los pilotos del IB6024 decidieron "alterar el programa de vuelo y nos desviamos 30 millas al este -unos 56 kilómetros-. Así sorteamos la tormenta para evitar las turbulencias y el aparato eléctrico".

La tripulación del A340 escuchó por radio "los infructuosos intentos de los controladores brasileños por establecer comunicación con el avión francés", por lo que trataron de contactar con sus colegas obteniendo el silencio por respuesta.

Air Comet confirma que uno de sus pilotos vio ‘una explosión fuerte y una intensa de luz blanca’

Por otra parte, Air Comet ha confirmado que el comandante de su vuelo entre Lima y Madrid, que volaba cerca de la zona en la que desapareció el vuelo de AF 447, vio "una explosión fuerte y una intensa luz blanca, a la que siguió una trayectoria descendente y vertical, y que se disipó en seis segundos".

En este momento, el avión de Air Comet se encontraba 7 grados de latitud al norte del ecuador y 49 grados oeste de longitud mientras que la posición estimada del vuelo Río-París estaba sobre el ecuador y a 30 grados oeste, según la información facilitada por la compañía.

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