Uno de los elementos al que no se le suele dar demasiada importancia en Aviación General y ultraligera, hasta que es demasiado tarde, suele ser el amortiguador. Un elemento clave en el aterrizaje.

tomas y despeguesRecientemente volé un avión que sufrió un percance. Todo hacía pensar que el problema estaba relacionado con el amortiguador de morro, y eso me hizo recordar un problema que yo mismo tuve hace muchos años… con ese avión y con el amortiguador.

El amortiguador es uno de los elementos que más sufre en los aviones de escuela, por motivos obvios. Acumulan numerosas tomas, y no muchas de ellas todo lo suaves que le gustarían ni al instructor ni al alumno.

Esto provoca un desgaste gradual en los amortiguadores, que incluso para los instructores, volando ese avión cada día, puede ser difícil de calibrar.

El desgaste es normal y previsible. Pero ser capaz de rechazar el avión cuando llega al límite es más complicado.

Porque evidentemente en las revisiones prevuelo se chequea el estado del amortiguador. Su elongación, si tiene pérdidas de hidráulico, aceite, deformaciones, etc… pero eso no da una visión completa del estado real del amortiguador para absorber impactos.

Aunque no sólo debemos fijarnos en el estado del amortiguador de morro, sino también del tren principal, que a veces puede tener algo más de elongación en un lado que en otro.

Si a la hora de rodar, despegar o aterrizar, notas extrañas vibraciones, movimientos secos o bruscos, vuelve al parking y revisa el amortiguador con un mecánico.

No hacerlo, suele llevar a peores consecuencias, porque el colapso de un amortiguador de morro, favorece el posterior colapso de toda la pata de morro, que trae consigo el impacto de la hélice en el suelo y la destrucción del motor… toda una foto, perfectamente evitable.

Pero supongamos que te has ido a volar, y en mitad de las numerosas tomas, en una recogida, rebotas del suelo con cierta violencia…

¿Qué hacer cuando el avión rebota en la toma?

Mi experiencia me dice que los alumnos tendrán la inercia de tratar de bajar el morro y aterrizar de nuevo. Lo que provoca que el avión se quede sin energía, sin velocidad y muy cerca del suelo en una actitud que puede ser en milésimas de segundo de morro abajo. Una situación nada agradable.

En un caso así, lo mejor es un rápido motor y al aire, evitando los diferentes rebotes (habitualmente en el tercer rebote, suele terminar colapsando el tren delantero)

Pero si por las circunstancias del momento eso no es posible, trata de mantener una actitud de morro horizontal. De tal manera que te asegures que el morro no entra en primer lugar, sino que lo primero que vuelve a tocar es el tren principal. Y si vuelve a rebotar, prepara de forma inmediata el motor y al aire.

En cualquier caso no permitas más de dos rebotes bruscos, porque el tercero suele acabar muy mal.

 

 

En resumen, trata de chequear tanto en la exterior como en rodaje y en las tomas el estado de los amortiguadores. Rechaza el avión ante una duda razonable y aplica las medidas comentadas en caso de experimentar problemas con el amortiguador de morro.

👨🏼‍✈️ Buenos vuelos… ¡y sin rebotes!