Perderse volando puede ser una de las sensaciones más agobiantes y estresantes a las que te puedes enfrentar.
Puede ocurrir que te pierdas volando una avioneta por complacencia o por una distracción. O también por volar en una zona desconocida con pocos elementos de referencia visual.
Sea cual sea el motivo que te ha llevado a ese momento, lo cierto es que vuelas una avioneta con un combustible finito. No sabes dónde estás y sabes que eso puede convertirse en una situación muy fea…
El susto inicial es normal, pero calma, no es el fin del mundo. Trata de encontrar referencias visuales, en la orografía. Ríos, montañas, ciudades, puentes, castillos, etc que te ayuden a ubicarte de nuevo…
Utiliza todos los recursos a tu alcance. Hoy en día todos llevamos teléfonos móviles con GPS, y si no vuelas demasiado alto, es probable que alcances a tener cobertura. Incluso para que se actualice el mapa de la zona y te ayude a ubicarte mejor.
Pero si tu mala suerte hace que ese día tu dichoso móvil esté sin batería, lo tengas en un lugar que no puedes alcanzar o lo que fuese, sigues teniendo diferentes opciones.
Hacer un 180 y dar la vuelta hasta reconocer algún punto por donde hemos venido puede ser una opción. Sobre todo si tienes combustible disponible.
Por supuesto con un transponder y radio tendrás a tu disposición a los controladores o a otros aviones para ayudarte. Las radioayudas, si dispones de ellas, también podrán guiarte para saber por dónde andas.
IFR: I Follow Route
En el caso extremo de que nada de esto te funcione, uno de los últimos recursos es ir a buscar alguna carretera o autovía. Desciende hasta ser capaz de ver los carteles de las salidas, identificar la carretera, y más o menos el punto kilométrico. Y desde ahí viajar siguiendo carreteras como si fueses un coche.
A mis alumnos siempre he tratado de desorientarlos y perderlos, especialmente en las zonas de grandes llanuras donde es más fácil perderse. Enfrentarse a la situación de estar perdido es mejor hacerlo con un instructor al lado que sí sabe dónde estás. Mejor que hacerlo solo, pero desarrollar el olfato de la navegación para estos casos puede llegar a ser vital.
Siempre que vueles trata de llevar en papel los mapas actualizados de la zona por la que vas a volar. Llevarlos digitalmente está muy bien y es muy cómodo, pero dependes de un aparato electrónico que se puede recalentar, quedar sin batería, romperse, etc…
Ante esta situación, siempre es de vital importancia recordar la prioridad de volar, navegar y comunicar. No tiene sentido obsesionarse con el mapa mientras el avión se mete en pérdida cerca del suelo porque te has concentrado demasiado en leer el nombre de un pueblo o en ver la curva que hace un río.
Como siempre digo, practica todo esto y a ser posible con un instructor bien capacitado al lado, de tal modo que te prepare. Por si te ocurriese volando solo y ya conozcas y te sientas cómod@ utilizando todos estos recursos.