La alarma sobre la seguridad de las compañías aéreas que operan en diferentes países ya está. Los controles deberían unirse y abarcar tres aspectos: preparación de tripulación, control de mantenimiento y de la documentación del avión. La 'cultura de empresa' y la profesionalidad de los empleados es fundamental: se trata de una profesión muy vocacional. Auque la publicidad pueda sugerir otra cosa, muchas veces se ahorra en lo que no se ve.
Este verano ha sido nefasto para la industria aeronáutica en cuanto a accidentes, lo que ha provocado una ola de opiniones mediáticas que alteran el pensamiento público sobre los peligros de viajar en avión.

Los que estamos de siempre en esta profesión sabemos que para que un avión se caiga hay que tirarlo, frase muy usada que explica la seguridad de estas máquinas. Por eso, los comentarios mediáticos y a veces con pocos conocimientos sobre el tema pueden provocar opiniones peligrosas en el público y miedo a un medio tan seguro como el de la aviación. Ahora se habla de las ‘listas negras’ de compañías poco seguras, y yo me pregunto si esas listas pueden servir para algo útil.

Hay que considerar que los controles necesarios para que una lista sea fiable son muy extensos y habría que tener más personal en las Aviaciones Civiles que en las propias compañías. Sería como tener un policía detrás de cada ciudadano para que no cometiera fechorías. Por otro lado, no se puede controlar a todas las empresas porque algunas no se encuadran en ninguna organización establecida, o nacen en países en los que tener una empresa así es un lujo (hablo del tercer mundo). La preparación de su gente es muy baja. Y no les culpo a ellos, sino a quienes lo impiden por intereses políticos o económicos. El problema es que esas empresas normalmente vuelan a lugares donde la vigilancia sí que es posible.

Los controles de todos los países (con la salvedad anterior) deberían unificarse abarcando tres aspectos ineludibles:

1. PREPARACIÓN DE TRIPULACIONES TÉCNICAS: cursos realizados, horas de vuelo, refrescos de su formación y preparación ante emergencias.
2. CONTROL DE MANTENIMIENTO: diferidos, revisiones programadas y anormalidades reparadas, formación de su personal de mantenimiento con actualización de cursos teóricos y prácticos.
3. CONTROL DE LA DOCUMENTACIÓN OFICIAL DEL AVIÓN: AOC, Manuales Operaciones, etc.

Esto es imprescindible pero difícil. Además imaginar que todo esto se puede controlar de forma continua es verdaderamente complicado. Hablando de control real, una cosa es la documentación, que puede estar muy bien, y otra es la realidad del status del avión, que es necesario verificar: estadístico de los parámetros de motores, estado de estructura, situación de engrases y pendientes, etc.

Con esto no quiero decir que los papeles se tengan que tergiversar, pero si hablamos de compañías sospechosas, tendremos que sospechar de todo. Y es que hay muchas aerolíneas de las cuales nunca se podrá sospechar. A esas no se les sospecha casi nada.

Por todo ello, las listas negras son poco útiles y muy difícil de unificar en todo el mundo. La solución es fijarse en la cultura de empresa. ¿Qué significa? Pues que desde su origen el personal esté concienciado de hacer las cosas bien, que tenga una formación adecuada y, sobre todo, que sea profesional.

No hay otra solución y eso sí se puede controlar con más facilidad: estando cerca las Aviaciones Civiles de esas Compañías y conocer sus procedimientos. No hará falta fijarse en un mal engrase o en un punto de corrosión si sabemos cómo trabajan y a qué profesionales albergan. Porque si hay profesionalidad será fiable, seguro. Esta es una profesión muy vocacional por muchos motivos, y un profesional con vocación no permite desmanes.

Nadie puede dudar que las compañías conocidas de nuestro entorno son seguras porque no se saltan las normas. ¿Dudaría alguien de la seguridad de Iberia, Air France, Lufthansa…? Todas pueden sufrir accidentes pero es indudable que con más dificultad que aquellas que sólo conoce su creador, sin ningún prestigio. Y en nuestro mundillo se conocen.

Tenemos que decir que España y Europa quizás sean los lugares donde más controles existen y que las reglamentaciones EASA han ido poniendo orden en todo este tinglado. No digo que con ellas se solucione todo, pero algo de seriedad se i