Rafael de Madariaga, Director Adjunto de AEROMADRID, firma esta carta abierta en respuesta al artículo sobre la escuela de vuelo publicado en Mach82, la revista del SEPLA.  Debe estar muy carente de argumentos y líneas de actuación verdaderamente notables, la política profesional del Sindicato Endémico de ( algunos ) Pilotos de Líneas Aéreas cuando se tiene que dedicar a polemizar y abrir brecha contra una modesta empresa que lo único grave que hace es tratar de mantener su integridad y los empleos de setenta personas, con importantes esfuerzos y tratando de que el conjunto no se vaya al garete como parece desear el empecinado gremial.

A nivel personal ya sabemos, los que hemos sido sus miembros durante mas de treinta años, lo que puede importarle al grupúsculo que manda en Sepla hace ya muchos años un solo piloto retirado o no, un grupo digno y preparado como eran los de la reserva de los años 2000, 2001, 2002 ó 2003; NADA, absolutamente nada. Cuando pedí la baja aduciendo que no se había tomado ni una sola medida , ni se iba a tomar en los siguientes años, a favor de los retirados se me contestó con dos líneas sin agradecimiento, luego de ser como tantos, fundador de ASPA y por tanto de SEPLA. Ha habido propuestas de todos los tipos rechazadas siempre por la SS correspondiente. Curiosa cuestión que han resuelto Audeli y Jesús Macarrón de un plumazo y tragándoselo el Sindicato Eminente.

Tampoco me voy a enredar en una polémica defensa de mi valor o preparación personal porque eso esta en los libros, en los artículos , en las revistas , en las conferencias, en el buen hacer realizado en varios puestos de trabajo y en el currículo de un simple Piloto Militar y luego de Líneas Aéreas, también un modesto cronista de la Historia de la Aviación Española.

Pero esto son consideraciones personales y de poco valor. Las mas importantes son las corporativas y colectivas. Aeromadrid es una organización que hace grandes esfuerzos por mantenerse y progresar en un entorno difícil en el que solamente los especializados saben los problemas que existen y lo hace , como la mayoría de las escuelas, sin quejarse, sin claudicar y sin recibir subvenciones y prebendas al estilo de los propios dirigentes del Sepla. Porque si sumáramos lo que importan los días de GS ( Gestión Sindical ), los de vacaciones inexistentes, los de reuniones en la cumbre el día 15 de agosto y una semana antes y otra después de cada año, y las compensaciones adicionales a la enervante cantidad de 100 horas de vuelo al año de cada miembro de la SS, nos salen unas jugosas ayudas que las escuelas o cualquier otro sector necesitado de esta aviación española recibiría con fervor y aplicaría con eficiencia.

Pero no. El Sindicato Emponzoñado alberga en su seno, protege y les da cariño y letrados para su defensa a los profesionales menos dignos, a los mas quejosos y de salud más quebradiza, a los especialistas del escuadrón del MD-MD ( MeDuele-Meduele), como los que hace ya años cobraron las pólizas de pérdida de licencia, en algunos casos doble ( de dos compañías diferentes ) y que algunos ¡¡ hasta se volvieron a la compañía de bandera después de cinco años de asueto !! . De los que trabajan o dicen que trabajan en Aeromadrid, el que dice ser el jefe de la sección sindical ha estado dos años cobrando sueldo sin aparecer por la escuela, y otros dos también miembros encumbrados del sindicato son lo mas flojo y enfermizo de la plantilla, con un absentismo que una empresa modesta no puede soportar y cuyo esfuerzo comparativo con el trabajo de los demás instructores seria de vergüenza si la tuvieran.

LOS MEJORES Y MAS EXPERTOS SE VAN A LAS LINEAS

A quienes se quieren cargar con su conducta dolosa y de “racaneo”, porque esa palabra tan anti-aeronáutica es la que mejor define a lo que se dedican estos seudo-pilotos, es a sus propios compañeros en primer lugar y después a toda la plantilla de la escuela que ve peligrar sus puestos de trabajo – los de todos—por trabajos tan poco profesionales como los suyos. El postulado del decadente sindicato muy bien podría ser : defendamos a los menos cualificados y más vagos de l