Piloto peligrosoDespués de muchos años dando instrucción y por supuesto de ser alumno también, he llegado a la conclusión de que el piloto más peligroso es ese piloto ya con licencia, con no demasiada experiencia y que aún no ha tenido ningún tipo de incidente en vuelo.

Esto tiene una explicación, y es bastante sencilla: en ocasiones, nos confiamos demasiado.

Nos ha pasado a todos y es natural, no hay porqué asustarse, pero sí es conveniente tratar de identificarlo y mitigar el problema antes de que pueda ir a mayores.

Por lo general, los alumnos suelen ser muy precavidos. Ponen todo tipo de barreras para evitar el error, tratan de ser pulcros con la aplicación de procedimientos, con el uso de checklist, etc… de forma casi inconsciente. Tratan de suplir su falta de experiencia con una aplicación estricta de todas las medidas de seguridad, y sin duda, eso es fabuloso.

Pero ese nivel de autoexigencia en los procedimientos y en la seguridad se va progresivamente relajando conforme nuestra experiencia aumenta. Sobre todo si durante ese periodo no hay ningún incidente relevante.

Las revisiones exteriores se hacen con calma, las checklist se leen despacio, y en definitiva, se presta un tiempo y una atención muy valiosa a la seguridad del vuelo.

Una vez se obtiene la licencia y especialmente si uno tiene acceso a un avión propio o compartido, todo esto empeora de forma más lenta o rápida… pero siempre empeora. Los procedimientos se van poco a poco relajando. Y se busca también de forma inconsciente un cierto equilibrio entre los procedimientos y la comodidad y fluidez del vuelo. Básicamente con el objetivo de dedicarle más atención al disfrute del vuelo que a los tediosos procedimientos.

El piloto que se confía es peligroso

Esto se traduce en una revisión exterior rápida y deficiente, en un mantenimiento básico de la aeronave más pobre y de peor calidad, en una mayor pasividad en la aplicación de procedimientos y listas de chequeo, etc.

Y la estadística no falla… al final llega el susto.

Con una pizca de suerte, ese susto, quedará sólo en eso, en un susto. Una llamada de atención a que esa relajación que habíamos ido cultivando, da unos frutos… aunque unos frutos poco deseables. Si desafortunadamente no cuentas con esa suerte necesaria a veces, las consecuencias de ese susto pueden ser romper el avión, o hacernos daño.

Estas consecuencias, no suenan nada apetecibles en ningún caso. Y la mejor receta para evitarlo, es mantenerse alerta, continuar con unas medidas altas de seguridad. Nunca llegando a convertirlo en algo neurótico por supuesto. Se trata de disfrutar volando, y a la vez de hacerlo de la forma más segura posible.

  • Mantén unos altos estándares de seguridad en todos los aspectos, y trata de no perderlos con el tiempo
  • Si sientes o percibes que tus niveles han bajado, por el motivo que sea, acude a un instructor para unas horas de refresco, actualización y para que elimine y erradique los malos hábitos
  • Dibuja en tu mente un mapa mental analizando todos los posibles escenarios de riesgo y trata de encontrar la solución para todos ellos, si tienes dudas, consulta con un instructor o un piloto de mayor experiencia que se haya podido enfrentar a esas situaciones
  • Aprende de los errores ajenos, hacerlo es gratis, y puede salvarte la vida, para ello escucha mucho los incidentes de tus compañeros, consulta los informes sobre accidentes. Busca cuales son los accidentes más habituales en el modelo de avión que vuelas, las causas y los resultados… aprende siempre.

Con estos consejos, podrás estar más preparado para todo y eso te ayudará a evitar la complacencia. En este mundillo siempre se aprende… y cuando crees que lo sabes todo, cuidado. Posiblemente te estés pintando una diana en la espalda sin saberlo.

 

‍👨🏻‍✈️ Buenos vuelos y en caso de cualquier duda, consulta con tu instructor!