Adrián Ambrosio 
01/08/2022 
Una de las maniobras correctivas por excelencia en la aviación general y ligera, es el resbale.
He de reconocer que desde que vuelo grandes aviones, echo de menos esta maniobra. La realizaba mucho como instructor, y aporta a los alumnos una herramienta muy útil que si es bien gestionada puede ser usada en muchas y diversas circunstancias.
Básicamente la maniobra de resbale nos va a permitir realizar un descenso más pronunciado, creando mucha más resistencia. Lo cual se traduce en un descenso pronunciado sin que la velocidad aumente.
¿Cuando realizar el resbale?
Lo más habitual es hacerlo en final, para corregir sobre todo un exceso de altura en ese tramo. Aunque lo cierto es que puede utilizarse por otros motivos, como un obstaculo antes de la pista que nos dejaría altos para la toma, un descenso pronunciado que necesitemos hacer para cumplir con alguna autorización, etc. Además es una maniobra muy interesante para ajustarnos a un campo en caso de un fallo de motor, hablaremos después de ello.
Debes saber que realizar una deflexión del timón de dirección a alta velocidad es peligroso. Puede comprometer la estructura y la seguridad de tu avión, de modo que no juegues con tus pies a altas velocidades, o puedes llevarte algo más que un susto.
¿Cómo se realiza el resbale?
En resumidas cuentas, un resbale, consiste en la deflexión total del timón de dirección, y el uso de palanca (alabeo) hacia el lado contrario. De este modo, creamos una alta resistencia al avance, la cual nos facilita un descenso con
mayor variómetro y junto con un pequeño picado del avión, podemos descender de forma más intensa sin que la velocidad aumente.
Al principio, la mayoría de los alumnos no pisan los pedales con la suficiente fuerza, por miedo a la situación «anómala» en la que queda el avión. Pero la deflexión total es lo que nos va a permitir exprimir al máximo esta maniobra.
En muchos aviones, esta situación de resbale provoca en el avión una respuesta «incómoda», es decir, el avión tiembla, se comporta nervioso y esto hace que los alumnos puedan tardar en coger confianza a esta maniobra. Pero todo es cuestión de practicarlo.
Como comentaba antes, esta maniobra puede marcar la diferencia, sobre todo en momentos de emergencia, entre una toma en el lugar adecuado, o salirse por el final de la pista. Y es que ante una parada de motor, ajustarse correctamente a un campo, puede ser complicado, y siempre es mejor que sobre altura y descender haciendo uso de esta maniobra, que quedarnos bajos y no llegar.
Por eso es fundamental no sólo conocer esta maniobra, sino también dominarla. Conociendo y sintiéndonos cómodos con el comportamiento del avión, sabiendo qué descenso nos puede aportar el avión y cómo entrar y salir de la maniobra correctamente.
