Recientemente hemos pasado unos días en los que una nube de polvo ha invadido todo durante unos días. Reduciendo la visibilidad, aumentando la contaminación del aire y dejando el suelo cubierto de polvo a su paso.
Habitualmente, la limpieza de los cristales del avión no es algo a lo que le demos demasiada importancia. Pero he visto ocasiones en las que ha provocado aterrizajes frustrados por la visibilidad tan reducida. O por brillos con el sol que con la suciedad, hacen imposible ver absolutamente nada.
Porque tan importante es tenerlos limpios por fuera como por dentro, utilizando productos adecuados, que no arañen o dañen los cristales.
Y sí, cuando alquilamos una avioneta o volamos en alguna de escuela, habitualmente solemos disponer de pocos recursos y herramientas para este tipo de tareas… que pueden llegar a ser muy relevantes para la seguridad.
De modo que si al ir al avión, percibes que los cristales están sucios, comunícalo a la persona responsable del avión para que se limpien y queden impolutos antes de salir a volar. O bien, límpialo tú mismo, con un paño húmedo y mucho cuidado de no tropezar.
La posición del sol también afecta la visibilidad
Por supuesto, para lograr la mejor visibilidad, no solo dependes de la limpieza del cristal, ya hemos hablado del uso de gafas de sol, parasoles o incluso gorras que nos faciliten ver y eviten que nos deslumbremos con el Sol.
Recuerda que si la visibilidad no es adecuada en la aproximación, ya sea por el Sol delante o por brillos, o cristales sucios, realiza un motor y al aire y prepara otra aproximación habiendo solucionado previamente el problema. Ten en cuenta que si has frustrado por el Sol, en unos minutos se habrá movido algo para permitirte entrar de forma más segura.